RAFAEL MÉNDEZ MENESES (Guayaquil, 1976)
Mal paso
Soy el mal paso
al que no quisiste
darle prisa
la fiebre que no cedió
la herida que empezó a supurar
pero ya no duele
por pura inercia
porque en el fondo algún día
esperas presumirme cicatriz
medallita trucha
de batalla memorable
SIOMARA ESPAÑA (Manabí, 1976)
Madre
Yo que aprendí el amor de las poltronas
y me salté el abecedario entre cien nombres
yo que aprendí a contar entre las piedras
y domestiqué la lengua en las portadas.
¿por qué me permuto verso a verso?
¿Por qué madre no me diste en letanía las primeras
sílabas corrientes?
y amamantaste estrofas que apuñalan como dagas
por qué me instruiste en repertorios
y no colmaste de rosarios, este cuerpo en llamas.
Porque me diste la demencia entre renglones
y rociaste con historias las primeras carcajadas
porque madre no me besas
y trocamos con abrazos
tanta nada.
XAVIER HIDALGO CEDEÑO (Guayaquil, 1977)
Costillas devoradas
III
Los deseos armaron sus maletas
la negra humedad
se traga las paredes del baño
a veces temo que muerda mis pies
El aroma del perfume
cabalga irónico en el ambiente
mientras las costillas son devoradas
Los alfileres están en reposo
a veces lloran como niños
y yo finjo no escuchar
La reina de corazones
ya no me mira más
que se caiga por fin la casa de naipes
y con ella todos mis recuerdos
Fantasmas de caballos aun recorren mis entrañas
recuerdo el olor su muerte su sangre blanca
Me hago de piedra frente al espejo
AUGUSTO RODRÍGUEZ (Guayaquil, 1979)
Los cuerpos no mueren
a Luis Armenta Malpica
Los cuerpos no mueren.
Solo su media parte serpiente.
Luz que no es esfera ni paraíso.
Los cuerpos son mitad bosque
y mitad agua que se esconden
en los pezones
blancos del día.
Los párpados niegan
cuando un animal
sale
de su niebla azul.
Los cuerpos no mueren.
Solo su parte no oficial.
Su ojo,
su geometría,
su pétalo de aire.
El miedo pasa de nervio
en nervio
y la garganta se alborota
cuando llega la sangre y expulsa
su otra piel,
su vísceras dementes.
Los cuerpos no mueren.
Solo su media carne católica.
OMAR BALLADARES RODRÍGUEZ (Guayaquil, 1979)
A Ro.Hä
Recorrí la faz primera
Del culposo terreno que liberó nuestra mordida
allí conocí tu sexo introvertido
huyendo del reciente saber de nuestros males
Lastimé tu antigua herida
con el curioso afán de mi mano
y en el embate permitiste que el ataque perdurase
en atenta indiferencia de mi esfuerzo invertido
Hospedé en tus entrañas al asesino
que inscribirá en sangre a nuestra prole
de auténticos creadores de versos defectuosos
que deberán sacrificarse por el bien de nuestras culpas.
MARÍA AUXILIADORA BALLADARES (Guayaquil, 1980)
El caldo
sube por la escalera
hasta dar con los nidos
encuentra once palomas
aterradas
a pesar de sus alas
toma dos de ellas
del preciso intersticio
en donde se ocultan
buscando calor y sombra
una sombra
como de nariz larga
y un calor
de frente afiebrada
toma dos de ellas
las otras vuelan cerca
pensando en el momento
en que el cuerpo
largo y sin plumas
baje de su escondite
toma dos de ellas
y las amarra a su cinto
esa noche
en casa
tomarán el caldo
del calor del intersticio
aunque las palomas no saben contar
serán dos cuerpos menos
por lo que el arrullo
esa noche
golpeará intenso
grave y desmedido
y otra vez
en casa
no podrán dormir
a la mañana siguiente
en sus espaldas
los niños
notarán dos breves bultos crecer
como alas calientes
como alas calientes
y pensarán
alegres
que su padre
les dio de comer
el don de volar
CÉSAR EDUARDO GALARZA (Guayaquil, 1981)
Poema
Al hablar usaste mi boca
tomaste mis manos para decir
Y esto que has grabado en la piel
son las voces para el viaje
El lenguaje se levantó ante mis ojos
y juntos le dimos un nombre impío
DIANA ALVARADO NOLIVOS (Guayaquil, 1982)
Juguetes
Prisionera de las nubes
bocetos me inyectan
dopamina a la vena
Enferma rayo papeles negros
Me infarto
Veo el día naciente
como espejos fragmentados
y despego.
ANDRÉS LÓPEZ RODRÍGUEZ (Guayaquil, 1982)
Gramaticalmente incorrecto
Soy sujeto sin predicado
y con un verbo ausente
la gramática incorrecta, el acento sin tilde
sintaxis revuelta
diptongo sin vocal fuerte
tan débil como la i
dos puntos seguidos de nada
puntos suspensivos eternos
coma en medio de dos verdades
punto seguido más no final
la oración oculta en tu cerebro
y con miedo de ver la luz
signo de exclamación seguido de interrogante
entre comillas sólo frases escritas en baños públicos
sobre el sol debería haber una tilde
soy la hache no muda
la boca sin lengua que sin embargo habla
(de niño el ratón me comió la lengua
de grande el mismo ratón volvió
y me la vomito encima)
el adjetivo que describe nada
articulo neutro
adverbio sin tiempo ni espacio.
VÍCTOR MOREIRA SÁNCHEZ (Guayaquil, 1982)
11
Fumo los cigarrillos del mundo
Mientras mi mujer duerme en los jardines que hemos perdido
Los corazones rotos tuvieron vanidad
La calle también
Donde sus ojos están en la intemperie
MISHELLE MACÍAS (Guayaquil, 1984)
“Odiseo”
Me urge tu aroma, ese almízcle indescriptible de tu piel;
me urgen tus manos en mi rostro o mi cabello,
me urge tu aliento sobre mi cuello.
Y solo así, quedarme estática,
con ojos cerrados,
atrapando con una red de mariposas
esos segundos de cercanía,
los únicos que tengo.
Abro mis ojos, tus gestos.
Cierro los ojos, tu respirar.
Abro mis ojos, esa sonrisa de infierno.
Cierro los ojos, un round más.
Y esta urgencia se viste de paciencia,
lento andar,
vaivén de olas;
saborear cada extracto del universo
que estoy a tu lado,
como el girasol observando al incandescente astro,
con esa distancia autoimpuesta.
Marineros, entonces al atravesar ese cruento mar,
llenad de cera sus oídos
y atádme a este mástil
y déjenme ver al enemigo.
Y si sus cantos son hermosos como he de antemano sabido,
ignórenme, no me suelten de este navío.
Sobreviviré a esos marrones ojos
y la risa de niño eterno,
sobreviviré a esa voz extraña y rasposa
y a los largos dedos.
Habré salido con vida y mi dignidad a cuestas
aunque esos hilos rizados de plata
se queden por siempre en mis pupilas.
RAQUEL GONZÁLEZ (Guayaquil, 1986)
(En el viento descubrí que los árboles tienen tu rostro)
De La Séptima Niña
I
Mientras alguién crece, tú te haces polvo, nunca fuiste del polvo y no debes regresar a él. ¡Levántate, despierta! Los gusanos carcomen, te espero en la aurora metastásica de la esperanza. El tumor acuoso se ahoga en el llanto de mi madre. La séptima vertebra quiere irse a bailar con el nervio vago al que olvidaron educar. Polvo circadiano endúlzame el umbral, mátame. Destrózame el alma, parteme la ilusión. Te espero a la salida del jardín, tenemos una cita a ciegas mi cíclope celestial. Los antihístamínicos se rien en mi nariz. Regresa pronto.
TYRONE MARIDUEÑA (Guayaquil, 1986)
Atajos
1
En este punto hay dos sujetos que se aman El primero juega en la memoria del segundo y con el que no he nombrado.
2
Siempre silbamos esa canción y andamos por la calle sosteniendo en el bolsillo derecho una sonrisa.
3
¿Ha escuchado su corazón después de una pesadilla
o un orgasmo…?
O mejor áun
¿Ha sentido como alguien que ama muere por 3.6 segundos
Y después olvida como tocarse?
4
No puede morir, sólo permitirse cierto regocijo en el
caos y disfrutar la ceguera (voluntad paralela).
5
El PAYASO TRISTE es mi amigo
yo soy amigo del PAYASO TRISTE.
6
El traidor
7
Phardis
8
OM MANI PADME HUM
MARÍA BELÉN SALINAS (Guayaquil, 1987)
Cerca y más lejos
En una pequeña casa,
detrás de árboles gigantescos
empecé un camino
sin comienzo.
Allí otras manos
apremiaron mi cuerpo,
me liberaron de esquemas,
me transformaron en la verdugo
de mi pasado.
Bebí de sus labios
la culpa,
la consciencia estaba muda,
no mis pechos, que cantantes
recibían al elegido,
al primer amante.
Afuera, la normalidad de la vida,
pasos que se pierden, mentiras,
“deja de pensar”, me decía
y atrayéndolo contra mis huesos,
entre caricias le obedecía.
Vino tinto, vino de sangre,
escalera a la verdad,
poros hambrientos;
no fue mi otra mitad,
pero sí mi alimento.
Una bestia que mordía,
un hombre que azuzaba,
una fruta dulce y amarga,
un ser frío que ardía.
Las máscaras huyeron
por la ventana,
perdí las fuerzas que me quedaban:
ahí estaba yo,
huyendo de nadie,
a solas con un sueño,
con un espejo de carne y hueso,
que, sin miedo, me devoraba.
“Es tarde”, le susurraba,
y aquella bestia
leía cada curva,
cada pensamiento
y con una mirada me callaba.
Era yo una fiera vencida
en su voluntad y en su retirada.
Murieron partes de mí:
la inocencia reprimida,
la actitud inquebrantable,
la virtud irreprochable…
Con su sudor me bautizó
como la mujer sin esposas,
como la mujer de nadie.
Brillaba la soledad
dentro de mí,
como una rosa abandonada;
el juego de los cuerpos,
una encrucijada…
Todo se borró en un instante…
Cercenó
por un momento mi vida,
me llevó al infierno de Dante;
arrastró mi cuerpo al vacío
y me dio el elixir del Olimpo.
Me dejó la cicatriz del exceso,
me quiso retener con un beso,
sin saber que ya estaba perdida.
Volví con el otro hombre,
aquel más humano,
con el que dice quererme;
el que cumple mis caprichos,
el que me da la mano.
De aquel monstruo felino,
de aquella fiera enjaulada
solo quedó el recuerdo guardado
en algún cuentos de hadas…
Aunque el monstruo siempre
está rondando…
MARIELLA TORANZOS (Guayaquil, 1987)
Incendio
En mi tiempo libre, tragaba fuego y lo escupía
sobre las aceras de la ciudad.
Mi carrera terminó cuando empecé a confundir
el acto de escupir con el de tragar.
Anoche mil tulipanes murieron carbonizados.
Tengo una coartada.
Pasaba por tu jardín y vi que todas
tus granadas florecían.
Llegaste justo cuando jugaba ‘sí me ama, no me ama’
y sostenía los seguros metálicos entre mis dientes.
Ya no recuerdo la diferencia
entre la seducción y los incendios provocados.
Ignición, cognición. Tengo vicios
Y tú me niegas.
Sin embargo, cuando dices que no, lo dices dos veces.
Es una palabra de cuatro letras.
TATIANA MENDOZA (Manta, 1988)
Círculo sexual
Nada entre los dedos infortunados del hoy.
El anillo perdió su rumbo cuando traficaron con él
la mano siniestra es la envidia del eco que se apagó
en un recuerdo sonoro.
Viaja el aro por deseos y caprichos
¿Eres feliz entre índices y medios pulgares?
Su réplica es ficticia, no hay convencimiento
en su ruina intuida.
Peregrino de sábanas, duchas, alcohol.
Valor sin delirio
no hay escape al nirvana
no hay hechizo sin ambición
no hay súplica sin pobreza.
El oráculo excita tu condición
te pierdes entre el orgé humano
que devora la perversión
vuelves a lo efímero y
se arrancas tu luto
MIGUEL ÁLAVA ALCÍVAR (Portoviejo, 1988)
Corazón plural del Ecuador
Barcelona es un partido político que juega al fútbol,
Una vacuna que no encuentra enfermedad,
El beso de la mujer más peligrosa del mundo,
Que llega un domingo de sol y se va.
Las paredes del corazón que estacionó catorce golondrinas,
Venidas con smoking y gloria al portador,
La gloria es Barcelona aunque la reina sea Liga,
Sin súbditos ni pueblo, trasnochada en un mostrador.
Barcelona es la tilde del corazón, antorcha para el invierno,
El vacío del paredón, el más dulce de los infiernos.
El pan sin panadero, maravedí de carmín en la solapa,
La zurda de Díaz rozando el pasto,
La lluvia de ceniza en el techo de la nostalgia,
El único milagro que no tiene santo.
Es el arco que dispara hinchas en lugar de flechas,
Infla los pechos y guinda el sol las mañanas de los lunes,
Cada madrugada el frentón y cabeza mágica charlan en la platea,
Como el sueño que baja, se hace campeonato, y sube.
Barcelona no es cliché futbolero, puede ser.
Alma de pantalones cortos, tal vez.
Barcelona es un “rómpeme los huevos, pero no me rompas el corazón”
Barcelona, al fin de cuentas, es el corazón plural del Ecuador.
MARÍA FERNANDA CAMPOS (Guayaquil, 1989)
Nómada
Tu cuerpo/nómada/
acampa
en lugares distintos
Mis labios/ mis senos/
mis lunares/ mis dedos/
mi olor
No te quedas
Te vas
Me llevas contigo
Al eterno retorno de mi vientre
JEAN LEÓN (Guayaquil, 1989)
I
Ángeles musulmanes
corriendo eléctricamente
por mi cabeza.
En lo alto de la gloria le tengo a El
no puedo dejar de amarlo.
Me dicen: ama a Ala
yve con Abraham.
Tengo ángeles musulmanes en mi cabeza,
los veo de una manera homosexual.
La yema de sus miembros
se rozan con mis pesadillas:
deseo de carne o
deseo de muerte
¡nadie les ha ofrecido Vida!
En un desierto imposible
el oasis me pide amarte.
Si sólo es un sueño,
por qué tengo los estigmas.
Rezó las horas en cada parte de tu cuerpo
sobre tu piel escribo mi herencia de salmos
porque cuando nos unimos
veo a Dios en su nube.
ANDREA FREIRE (Guayaquil, 1989)
Perversión táctil
Mi sexo es sagrado.
Siempre que alguien lo contempla,
nombra fervoroso a Dios.
Mi sexo es profano.
Siempre que alguien lo disfruta,
blasfema sin compasión.
LEIRA ARAÚJO (Guayaquil, 1990)
Cirugía
Han plantado la bondad en tu cuerpo
de una manera repugnante
ya no cabe el morbo
ya nada cabe.
GIOVANNI SALVATORE BAYAS (Guayaquil, 1990)
La piedra roja
a Nicanor Parra
¿Qué esconde una piedra de
un color inaudito?
¿Qué podrá ser del futuro de una piedra imposible,
para beneficio del país?
¿Qué hay en el centro de una piedra marginada
si no es una lágrima
desfragmentada por los años?
El mundo de la política, arte
y ciencia tratan de encasillarla según su función:
Para un poeta laureado:
Un milenario motor oxidado
en estado de espera.
Para el dictador de la nación:
El manifiesto comunista escrito a mano.
Para los academicistas:
El David de Miguel Ángel,
previo a su pulida.
Para los artistas conceptuales:
La última obra del Hiperrealismo.
Para las gaviotas:
Una ola que nunca
llega a la orilla de la arena.
Para Virginia Woolf:
Una sentencia de muerte en los bolsillos.
Para los amantes:
Un huésped desalojado a medianoche.
Para los gringos:
Una máquina de hacer dinero.
Para la generación decapitada:
Una tumba de concreto rosáceo.
Para los indios de mi tierra:
El compendio escrito
de su historia precolombina.
Para H.P. Lovecraft:
Un color caído desde el cielo.
Para el contralor general del estado:
Un déficit insostenible
para la nación.
En el epicentro de una piedra roja,
se yergue una montaña
que aún
no ha sido descubierta por el hombre.
LUCERO LLANOS ORELLANA (Guayaquil, 1990)
Epístola del día del padre
Papá, acompáñame a volar cometas.
Todo sigue como lo dejaste,
o quizás peor.
Sigo viajando en el tiempo
a través de fotos y objetos
hasta conseguir dolor
que es lo único que me sacia.
¡Cómo pueden cambiar los rostros de un día a otro!
Las miradas lánguidas,
las sonrisas congeladas,
los sueños truncados.
Nunca más conjugar predicados con tu sujeto,
al menos no contigo-cuerpo,
casidosmetros de persona,
casidosmetros de historias,
casidosmetros de silencios.
Papá, dime cuándo regresas,
cuándo me pedirás que vayamos juntos a volar cometas.
LISSETTE GALLARDO (Guayaquil, 1990)
Sin dios
Nací sin sollozos
crecí en la espina dorsal de una rosa negra
Soy un cuerpo devora carne con venas
que riegan en opuestos sentidos
Vivo de los siete demonios
para desterrar la frontal utopía
La negada, la sin nombre
La conciencia no me habla
no hubo quien le enseñe
En abismos perpetuos
con incendios en la cabeza
Se ramifican los pecados sobre mis nervios
Crean un infierno sobre mi espalda
Las mentiras, el demonio de doble lengua.
JOSÉ VÁSQUEZ (Guayaquil, 1991)
El dulce néctar de una mente encerrada
Los fantasmas recorren mi casa las verdades salen a la luz cuando se pisan los talones entre mundanos sedientos de poder corro al paraíso que se infectó de un smog penetrante en mis ojos y de la nada estás ahí queriendo llegar a mí por el medio más dulce que tienen todas las personas una máscara que solo cubre tu fealdad cubierta de la de unos cuantos polvos y una que otra mala noche siento el frío de tu miedo con el sabor del sudor en el gemir de tus orgasmos terminar en el éxtasis de un placer casi perfecto y regresar a una realidad donde todo es destrucción.
ROSA CABRERA GARCÍA (Cuenca, 1992)
La chispa
La culpable
Fue la música
Esa bohemia siempre intencionada
Que anda por aquí enamorando tanto.
No es la llama
Pero es la chispa.
SCARLETH I. OQUENDO (Guayaquil, 1992)
Dos palabras
Se reproducía en mí como una célula hermafrodita, besaba cada extremo de toda la fase de mi sexo, humedecía mi arcoíris, me arqueaba las cejas, dejaba mi boca como volcán en erupción, me desencadenaba el demonio que llevo como piel muerta, creaba canas de desenfreno; una y seis veces me celaba la malicia del dolor con sabor a sangre bendita.
Íbamos en bajada cima a cima, dentro de aguas que vienen formándose desde la mente y la oscuridad con un par de velas encendidas.
La piel rechinaba de tanto frío y su erección luego rodaba como aceite cayendo de una cascada. Mis uñas se partían en el roce de su espalda y sus besos comprimían y absorbían mi clavícula, dejando marcas rojizas que me despertaban del coma.
Por mi parte era amor a pesar de tantas lunas fallidas…pero nunca, nunca pude escuchar de su boca esa frase de “dos palabras”, por eso naufrago sobre piernas desconocidas, esperando ese orgasmo de “dos palabras”. Y no es para mí ajeno el nombre o el hombre, pero me hieren como espigas los sexos desconocidos, casi como hiedra que asfixia mi útero; y me involucro en pegajosos frutos para encontrar las “dos palabras” que me negó mi único universo.
AMANDA PAZMIÑO TORRES (Guayaquil, 1993)
Constitución del beso, afuera la ciudad
Piratas perdidos en las orillas de tu boca
elevan columnas de fuego
ya debajo de tu lengua.
[Cuando digo lengua su consecuencia es la espiral:
la negación bilateral de la estática]
Son hallados por una tripulación órfica de féminas
que trascienden otros mares.
Afuera, una por una se apilan verdades cruciales
como el estrépito proteico de la ciudad.
Ciudad dinámica y perpetua.
Ciudad de risa sabrosa y afrenta.
Ciudad de cal y sueños de naranja líquida.
Reactivada la ecuación el caos
la avenida nueve de octubre
se abre
con todas las fauces del delito
y la olvidada castidad de la paloma
en media plaza.
TANNYA FRANCO (Guayaquil, 1993)
Entre la reconstrucción un eco
“Y todo tan completo, tan humano
tan simple , como la luz el pus y la carcoma”
-Ileana Espinel-
A mi madre
I
El silencio enternecedor de su sombraausente
vibrante
Deja a su paso murmullos cantos sacrílegos
Golpean
Aniquilan
Exterminan
Las atroces ansias de andar descalzo
Sobre los escombros del mundo,
El parto de las mil mujeres junto a mí
Atosigan el pulso
lento, lento, lento
una honda queja
Clavan sus garras en mis atónitos ojos
El líquidorosáceo estalla en sus rostros,
se gozan
Festejan
Sus gargantas laceradas
Me bendicen:
No nacerás, de un vientre
serás de la inmundicia del cielo desgarrado
te alimentarás de barro escurrido de otras bocas
Parirás tus triunfos a mordiscos
Verás al mundo destirparse las entrañas
Y persistirás en él.
ANDREA FUENTES ALVARADO (Guayaquil, 1993)
Cuchillo
Me encuentro en el hilo auxiliar de la tormenta, al borde de la ruptura con mi propio ser. Está tan extraño el cielo, no encuentro sus inicios, no veo las estrellas, son círculos, y ahora, me he quedado en el simple abre bocas. Me alejé demasiado del camino dorado con tonalidades fluorescentes. ¡Tengo que volver!
KARINA VARAS (Guayaquil, 1994)
Marea Alta
Maldita condena que con tinta marcó mi destino.
El mar preponderante y sus grandes naves, junto con sus fuertes cabos que sostienen las velas del viento.
Marqué mi ruta en base a experiencias;
Eché el ancla en la arena de aquel puerto.
Viví tormentas en torno al océano y sentía la sal que iba y venía quedándose entre las mil historias de las cuerdas finas de mi pelo.
Llegué al destino, alcé las alas, bajé las velas, tiré las sogas y descubrí que había anclado el barco sobre mi espalda.
WILMER GARCÍA CABRERA (Machala, 1994)
Vacaciones
Recuerdas padre, recuerdas la noche, el camino y el cielo estrellado del sur. Recuerdas las palabras que se abrían en mi garganta como dos gritos desesperados y no me dejaban respirar. Y al volver a casa: el exorcismo, los gatos negrísimos que vio tu madre y el pre-infarto con el que abriste apenas y muy curioso las puertas de la muerte. ¿Recuerdas la redonda discreción que prometimos en el desayuno? y que tantas veces rompiste bajo otro nombre, perturbado por el vicio, para dejar volar a las mariposas enceguecidas ante su propia certidumbre, mientras yo esperaba suicida a que vinieras, porque mi madre había programado una sesión de hipnosis a las seis de la tarde.
ASTRID SINGRE VITERI (Guayaquil, 1994)
No conocen de ideales
ni consecuencias
no entienden de Lorca,
Paz, Borges o Shakespeare
en esas lenguas
quisiera yo agitarme
que me absorban la vida
que calmen mis males
Me gusta el sabor de las bestias.
El dictador
ha puesto a todos de rodillas
ha fijado su blanco
en mi héroe
Camina
arrancándose el pasado
mientras yo lo miro
entre pájaros muertos
Mi héroe
es ahora un villano
MADELINE DURANGO (Guayaquil, 1995)
Cáncer
Miénteme
ilumíname
es todo lo que me queda
mi cuerpo, mi sangre, mi voz
me consumen
por la llama de mi suerte
entraré al paraíso
pues esto es el infierno
El dolor mata
y más no poder estar
desaparecer
a menos que
mi muerte
sea eterna.
DOMÉNICA JÁCOME (Guayaquil, 1997)
Hoy seré libre
Ignoro mi cabeza
que aún no sale de prisión
para hablar sin insultos
tragaré agua de un charco
me alimentaré de basura
con almas tristes de cada esquina.
BRADY GUTIÉRREZ (Guayaquil, 1997)
Alcanfor
Cállate
mujer de plasma
en la cumbre de tu oreja
mis sonidos de nostalgia perecen
mujer de llanto y de angustia
aún cuando callas tu voz se escucha
mujer de lirios y pétalos
de azules vanidades y de ojos pálidos
tú que te duermes en mis sueños
tú que pierdes el sentido de los pantalones ajustados
tú que sólo eres la utopía del niño
cállate
aunque solo me hayas mirado en la calle.